*

Mi memoria no tiene vuelta, da un paso y salta como un canguro por el tiempo.

Y se queda un rato y sigue avanzando hasta llegar a un lugar que no conoce porque aun no vive. Ahí se instala y se acoge y disfruta del tiempo en que transcurre, pero también se detiene un rato y confirma que lo pasado le ha servido de mucho.
Mi memoria tiene muchos versos recordados, pero también un infinito por aprender, por crear, por disfrutar. A veces esta memoria se cansa de mirar hacia atrás y desea ansiosa que pase una avalancha de tiempo y sucesos nuevos que la hagan enriquecerse aun más, que la hagan enloquecer un poco más y que le impidan tener vergüenza, celos o desamor.
Esta memoria quiere desligarse de esos versos de niña víctima, porque gracias al tiempo ya no lo es tanto y se ha transformado en una mujer. Y esas palabras caprichosas de anteayer, hoy son poco reiteradas y más bien parte de un frasco de dulces que una anciana me invitó a comer.

Se transformaron en aire y en legumbres a las cuales hay que revisar antes de echar a cocer, se convirtieron en detalles.
Ahora con la mente más clara, con la vida un poco más resuelta, confirmo que los ojos se contemplan sólo a ratos, sólo un tiempo, pero que luego de algunos pestañeos uno termina por detenerse en otros y en otros y así transcurre la vida.

La pasión es hermosa, me encanta tenerla como cualidad inherente, la pasión es el mejor sentimiento, si uno logra desligarse de las posesiones, de los egos, de lo mío, yo tuyo y piensa en un nuestro, tan utópicamente hermoso. Porque aunque costoso, tiene idealismos de seres humanos puros.

Los tiempos son fugaces, cuando abres los ojos nuevamente ha pasado ya una estación, de otoño a invierno, de invierno a primavera.
En diez días pasa la vida entera, puedes ser capaz de notarlo o capaz de seguir, pero también puede que quieras seguir invadiéndote por notas poco reiteradas, poco cercanas, carentes, contrastantes, inciertas, inestables, no importa de todos modos no tiene relevancia dejar la vida pasar pensando y no actuando, porque cuando lo haces no aprendes, ni siquiera notas que pasa el tiempo y la vida te arrasa y eres víctima de ella, en vez de ser la protagonista.

Entonces debes darte cuenta que los soles y las nubes de ayer, por bonitas que sean, deben ser recordadas con alegría. Hay que estar atentos, siempre alerta, con los ojos bien grandes, para notar que lo que viene siempre es bueno, porque es nuevo, desconocido.
La vida está llena de cosas desconocidas, eso es lo más bonito que tiene…. quién sabe más?