Un alguien me dijo que las personas tienen miedo al frío, temen esa inseguridad que se produce al caminar con frío por el centro, prefieren entonces abrigarse y no dejar el rostro descubierto para que el aire frío penetre en sus poros asustadizos, prefieren quedarse en casa en vez de salir a conocer sus propios pasos.
Yo me siento como un perro mojado que duerme en la lluvia, no es mi afán tenerle miedo al frío o a la lluvia, pero me siento mojada, inundada, me siento traspasada por esa agua tan inexorable que parece no sólo penetrar mi carne y mis huesos, sino que invadir eso tan liviano dentro del cuerpo, aquella minúscula región de la materia.
Qué será?
Mi corazón tirita
Me gustaría ser influyente con aquello
Me gustaría poder ayudar
Gritar al menos
Salir corriendo en la lluvia sin miedo
Y que el frío no permita que olvidemos
Y que las palabras que anoche recité a mi almohada
Puedan ser transmitidas telepáticamente hacia alguna vena
Y lleguen hacia un corazón
Y este las transforme en aire, polvo brillante, sensación
Y se den cuenta
Que los días pasan
Que crecemos
Que daría cualquier cosa porque respires cerca de mí cuello
Como cuando estábamos en el parque y era verano en mis sueños de despierta
Yo no quiero ofrecer mi vida
No pretendo desperdiciar mis mejores años
Pero es que en cada palabra que aconsejo me contradigo paulatinamente
Reprimidos los actos
El alma está acumulando anhelos
Y será tan feliz cuando pueda desplegarlos por completo
Como cuando son liberadas las mariposas de una red.
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