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Un día en tus días
En la rutinaria región de mi cuaderno me aburro y me recuesto, pelo suelto, lápices pasteles, confort sucio, de lado y miro. La historia es aburrida a estas alturas del año, ya nadie tiene energías, ni ganas, ni tiempo para realmente hacer algo, y en el audífono suena ahora la canción. Sabes que he pensado tantas cosas cuando estoy contigo, así como para aprovechar al máximo esos instantes, que no son pocos por lo demás, que cuando estoy sola las recuerdo para no extrañarte tanto, porque cuando las pienso igual te extraño, pero así es menos o quizá más y no me doy cuenta, porque me acuerdo de que no te he visto hace mucho. Y no entiendo bien por qué te hablo como si estuvieras, como si leyeras esto instantáneamente. M e expreso, dejo fluir el lápiz, ya ni mi mente sabe qué va a escribir mi mano, es como un reflejo, algo incontrolable, instantáneo. Ahora se mezclan las bullas, las voces molestan, se acaba la canción y entre el silencioso esperar de la próxima melodía se detiene mi sueño y mi monólogo. Pero ya empieza de nuevo otra, que no es otra precisamente, sino que la misma, porque programé a mi mente para que la repitiera una y otra vez.