Oct 10, 2009

Es preciso señalar los semblantes del Trabajo Social que encuadran la modificación actual que se tiene de dicha profesión, fundamentalmente, el progreso de las concepciones ideológicas que se tenían del Trabajo Social hacen se descubran varias etapas de carácter innovador, dichas concepciones sociales eran más amplias y fueron capaces de fundamentar las etapa posteriores. Por medio de este artículo se pretenden mostrar metodologías del Trabajo Social, dentro de un enfoque histórico contextualizado, donde es posible extraer conclusiones sobre los objetivos de las Escuelas de Servicio Social a lo largo de la historia.


Trabajo y ciencias sociales

La sociedad desde un enfoque histórico.


Las etapas previas a ser utilizado de manera óptima el concepto de Trabajo Social fueron esencialmente enfocadas a la beneficencia particular de los individuos a los cuales se pretendía ayudar, primeramente, este desempeño estuvo desarrollado por mujeres, mayoritariamente esposas de burgueses en el siglo XIX y con el transcurso del tiempo llegó a ser tarea de especialistas de la Asistencia y del Servicio Social en épocas más recientes, esto es producto de la capacitación que se otorgaba para realizar dichas tareas.


Podría enumerar varias razones del por qué del juicio de valor antes suscitado:

Primero, existía una amplia ignorancia sobre las causas sociales de la miseria; ésta sigue siendo explicada por la “providencia”, algo así como el predestino, a la ociosidad, al pecado o, simplemente, a la mala suerte de los individuos.


Segundo, no existía una conciencia obrera de masiva organización dentro de los trabajadores más desposeídos, que idealmente conformara sindicatos. Como ya es sabido el capitalismo en Latinoamérica y en el resto del mundo, asumió la forma del desarrollo económico, reordenando la estructura social, de esta manera impedía el surgimiento de dichas instancias.

Con estos dos argumentos podemos seguir con el desarrollo del artículo diciendo que posteriormente el Trabajo Social entra en una nueva etapa del paulatino desarrollo que ha tenido, justamente, es en este período donde comienza el surgimiento de teorías sociológicas, donde son utilizados y cuestionados conceptos como “patologías sociales”, por dar un ejemplo, de esta manera vemos como está siendo vinculada la realidad de las personas más desprovistas con la estructura social de cada época histórica, es decir, la predestinación ya no es la explicación a la desdicha de algunos, se comienza a creer que dichas problemáticas tienen surgimiento en la misma sociedad.


Tercero, se comienza a crear conciencia de que el Estado puede generar cambios en la realidad “patológica” de aquellas clases, surgiendo así las políticas y leyes sociales de previsión.


Es acá cuando emerge el concepto de “Asistente Social”; este en grandes rasgos, es el encargado de atenuar las problemáticas o patologías sociales. Otorgándose la asistencia primaria el carácter de solucionador, sin embardo la atenuación de patologías es tal como lo menciona su nueva conceptualización “asistencial” y no es un objetivo todavía la erradicación profunda y radical.


Las problemáticas sociales antes referidas hacen alusión frecuentemente a individuos que se encuentran apartados de la regular vida en sociedad. Como antes mencioné para la asistencia nunca fue un objetivo concluso el pronto erradicar de la realidad del los individuos, por el contrario, no se procura la erradicación los asistidos, sino el impedir que sus conductas estén fuera de las normas socialmente establecidas.


Obviamente al impedir aquello se logran destacar los aspectos morales, legales, sanitarios que corresponden a la normalidad. La asistencia prestada en aquellos días no se preocupaba a quién iba destinada la ayuda, sólo importaba que fuera recibida por la gente. Las soluciones otorgadas no eran del todo útiles, ya que eran altamente superfluas y por qué no decirlo mediocres y ilusorias, ya que se creía estar haciendo un trabajo altamente útil y completo.

De esta manera es como el trabajo sigue destinándose de forma personalizada y sin mayor esfuerzo por lograr un cambio social desde raíz o la erradicación.

Ahora bien, preciso es mencionar que en la mencionada época de asistencialismo es cuando surgen organizaciones de tipo social-demócratas, las cuales poseían grandes líneas reformistas dentro de sus contenidos esenciales, estas a través de leyes sociales, procuraban atenuar las penurias del proletariado.


Dentro de un contexto histórico mundial es en el año 1930 cuando se está al medio de la crisis mundial y en América latina se comienzan a sustituir importaciones.


A medida que transcurre el tiempo y dichas sustituciones se establecen con mayor visibilidad, también se hace elocuente la necesidad de transformar radicalmente la sociedad para poder solucionar el llamado problema social por el cual se atravesaba; sin embargo no se transformó por ello la metodología del Trabajo Social, por más que se crearon muchas escuelas destinadas al Servicio Social y por más que egresaron profesionales de la especialidad.

Pero fue en épocas más recientes, con respecto al presente, cuando se notaron los primeros cambios de real importancia.


Cabe destacar que en el proceso de modernización, definiciones como subdesarrollo o marginalidad, constan de una carencia participativa, además de una pobre trascendencia en la época moderna.


La idea de bienestar y su objetivo adjunto de consumo se incrementan de manera avasalladora, surgen así ideas erradas en una sociedad completamente fraccionada, por una parte, una sociedad moderna con toda la felicidad que el ideal de bienestar puede idear, pero, también se notan las grandes diferencias entre la definición tradicional y moderna en contraste con la vida desdichada y marginada de los individuos con problemáticas. La idea de la sociedad moderna es poder integrar a esta polaridad de vida a la otra parte. Surgiendo de esta manera la idea de incorporación a la sociedad, no como seres individuales, sino que como grupos humanos. Es producto de este tipo de integración grupal, la clasificación, ordenamiento y conceptualización de los grupos, inculcando así la idea de familia y comunidad. Surge así el desarrollo de comunidades y el trabajo social de grupos.

Por otro lado, en países Latinoamericanos brota la necesidad de creación de un mercado interno que satisfaga las necesidades específicas de dicho lugar, además de la imposibilidad de su realización producto de la legislación interna de los sistemas de gobierno (ya que nada es objetable para la sociedad capitalista).

Las personas con mayores necesidades económicas viven imposibilitadas de integrarse (observándolo objetivamente).


Es así como a fines de los años 60 la fase monopólica del capitalismo -iniciada muchas décadas atrás- llega por fin a países Latinoamericanos, penetrando con su abasalladora y masiva estampa de capital monopólico, todos los sectores de la economía.

Es en esta época donde el trabajo social comienza a tener otra definición en Latinoamérica, comienza a ser caracterizado como instrumento de práctica revolucionaria. De esta manera el surgimiento de un pensamiento práctico concientizador, como un paso necesario para el despertar de la sociedad, ya que al alcanzar un grado de comprensión de la situación por la cual está pasando puede también transformarla. Entonces el Trabajador Social se transforma en un agente de concientización importantísimo, algo así como un educador de masas – de preferencia marginales-.


Habitualmente los trabajadores sociales en este período buscaban profundos niveles de conciencia, el problema estaba en que los grupos concientizados no tenían luego un objetivo claro al cual solucionar, no existió una práctica realmente efectiva y real de carácter revolucionario, generándose así una impotencia de carácter generalizada en lo que respecta a la práctica de concientización.


Cabe destacar un punto muy importante dentro de este artículo, este consiste en la imposibilidad del planteamiento Trabajo Social como una metodología con autoeficacia.

Ya que el trabajador social es un ayudante de los procesos históricos por los que hemos pasado, son aquellos procesos los cuales tienen autoeficacia mayoritariamente.

Sin embargo, conviene sacar algunas conclusiones:

La formación de trabajadores sociales no es el mecanismo central para la transformación y liberación social, sin embargo, somos nosotros absolutamente necesarios para cualquiera de estos procesos.


El Servicio Social surge como un requerimiento capitalista, de forma atenuante para conflictos sociales establecidos o emergentes, ahora bien, dicho servicio, además debe tener capacidades de transformistas, en lo que respecta a las estructuras de dependencia y opresión a las cuales nos hemos atado voluntaria o involuntariamente.

El Trabajo Social debe estar complementado de reflexiones críticas sobre la disciplina, debemos ser capaces de, constantemente, ir renovándonos como profesionales, estando al tanto de las necesidades sociales de carácter trascendente y no así superfluas –como mencionaba el asistencialismo-.


Debemos formarnos una conciencia estructurada, lúcida y vinculada a movimientos colectivos de conciencia mediante el análisis de diversas perspectivas intelectuales, históricas, etc.

Creo, para concluir, que la formación de trabajadores sociales es una necesidad no tanto de hoy como de mañana, ya que cualquier tipo de proceso que desee una transformación necesita a un conjunto de personas comprometidas, ya se con bases teóricas, además de una capacidad técnica adecuada, para trabajar así en la raíz de las bases.

Además es necesario utilizar adecuadamente todos los recursos que nos ofrece el sistema, para así trabajar en post de una transformación en lo que respecta a la estructura social que se encuentra imperante.


No debe ser nuestra expectativa final que de la formación de profesionales de nuestra disciplina emerjan transformaciones sociales automáticas.

2 comments:

Anonymous said...
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Unknown said...

Macarena:

Define el tema del artículo intentando relacionar método y metodología con la historia de la profesión y los objetivos de formación.

A medida que se lee este artículo se van haciendo relaciones de historia, tendencias de la profesión y se alude en algunos puntos explícitamente a método, en un caso a la metodología que se señala como no autoeficaz

Se van desplegando una serie de afirmaciones que no presentan los marcos desde donde se extraen, siendo esto una debilidad del trabajo


Evaluación 5.5