Jun 19, 2007

Nadie vale lo suficiente a pesar de todos los buenos momentos, a pesar del silencio y los besos, a pesar del quererte y entregarte. Nadie es lo suficientemente imprescindible como para dejarlo todo si se va. Como para hacer un pacto eterno con mi corazón para almacenarte dentro y hondo para todos mis días. Ya nada vale la pena, ni siquiera pensarte y dejarte dentro, ya ni las tardes valen la pena, ni los días ni las esperas ni las llamadas ni los amores. Desde ahora soy ciega, desde ahora soy sola, inundada tan sólo con recuerdos de nostalgia, me propongo olvidar el futuro que alguna vez quise para nosotros, me propongo vencer esta brecha etérea que me diluye y me debilita en cada día, en cada atardecer erróneo. Ya no quiero entregarme a un algo que no me valora, a un algo que no me pertenece ni me guarda a su lado, a un algo que para mí ya no tiene voz ni voto, y pretendo olvidar y prefiero olvidar. Esta es la última vez que tus besos se quedan adheridos a mi boca, que tu olor me embriaga como ningún otro, que tu calor me abriga como el de nadie. Prometo olvidar el presente y el futuro. Porque sólo me traen dolores de algo más que de cabeza y de alma.*

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