"...Yo nunca salí de san pablo y Matucana sabe? Este es mí barrio y lo será siempre, aquí, me conocen hasta los perros, en este esquina señores he visto hundirse a los turcos para volver a pararse, y aquí mismo me sorprendieron todos los terremotos. Claro que como usted dice, el barrio ha cambiado una enormidad, con decirle que a un cristiano lo pueden colgar de un poste un sábado por la tarde y no se entera nadie. Antes era distinto, lleno de gente, los bares repletos, la cacha grande hirviendo de tranviarios recién pagaditos, usted las conoció. Y qué me dice de los cines? Nadie se imagina lo que los cines significaban para la vida del barrio, por las noches, por ejemplo, nos íbamos a mirar los afiches y nos contábamos las películas que habíamos visto en la semana ó nos imaginábamos las que veríamos en la matinée del próximo domingo. Era lindo en esa época, no como ahora, que usted lo ve convertido en galpones, en bodegas de trastos viejos, sólo las ratas merodean entre las butacas destripadas..."
"...Más de ocho cuadras, desde antes de la calle García Reyes, hasta la calle Matucana desembocando desembocando en la puerta principal de la Quinta Normal, se extiende la avenida Portales, con una abundante vegetación, en su tiempo perfuman el ambiente aromas y jacarandas, valiosos ejemplares de árboles traídos del extranjero, como olmos y álamos, senderos curvos delineados con ligustrinas cortadas en forma enana, enmarcando los prados con césped y manchones de pequeñas plantas floridas que adornan todo el año, frondosos arbustos hacen la delicia de los niños que juegan entre ellos a las escondidas, columpios, resfalines y balancines, frente a la iglesia estilo gótico, Santuario de San José, la glorieta cerca del ejercito de salvación, donde la banda de esta congregación uniformada interpreta himnos y cánticos celestiales. Casas y casonas a su alrededor, destacándose la de don Ricardo Anguita, presidente de la Corte Suprema, cuyos balcones son la admiración del vecindario, la juventud formada por los hijos de las familias Platón y Pandorfo, Méndez Rufinatti, Moya, Pozo y Echeverría, alegre muchachada que se ríe de las numerosas damas vestidas de oscuro y formal sombrero que a una determinada hora sube a las esquinas Herrera, Maipú, Esperanza y Libertad, al tranvía eléctrico número 21, Agustinas Huérfanos, para dirigirse al a misa diaria en la Basílica El Salvador, lo llaman el carro de las viejas beatas...""
...Loco de la plaza, exhibiendo la usual marcha gallarda de su circunstancia de loco de la plaza, este tipo me saluda como reconociéndome, el giro, la reverencia, el mal uniforme ordenado como para desazón del cuerpo, disonante y perfectamente acorde, sólo que encuentros y desencuentros se resuelven en su cabeza. Cierto que un lenguaje común aunque lateral nos comunica a loco y a mí que leo sus manos al aire, su voluntad impredecible de hoja al suelo que va, en torno al pájaros, hay borrachos y hay las eternas escolares con su risa inverosímil, que divide la plaza en un más acá o un más allá de esa risa, entre los de este más allá en este fragmento de mundo quizás no exista loco y yo y todo lo q ocurre esta suspendido con migo en la plaza Yungai a los ojos del dios del caso y tal vez loco solo m pertenece o yo sea el único escenario suyo entonces en testigo es el lugar o es nadie. Hoy soy el loco de la plaza, miro estas palabras y todo gesto lo desconozco..."
"...Letras vagabundas enletrando tu carta, lluvia y soles enredados de besos y palabras. Ayer caminé por Cumming afrancesado; respiré cemento, tierra y París nocturno; escuché voces, ruedas y pasos. Ayer y a solas, estuve contigo. Cumming sonreía y callaba; ella no dudaba en darme su mano oscura en la noche. Cumming tiene voz de recuerdo y dulce de leche, Cumming habla de besos y ha sido en lenguas, Cumming habla de tiempo y sin querer, sabe tu nombre..."
1 comment:
Oye, accidentalmente me encontré con tu blog, y descubro por ahí al Loco de la Plaza.
Grata sorpresa.
Eso.
Suerte en tus asuntos.
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